Cada vez es más común ver que en la escuela, al llegar los niños a primaria están teniendo dificultades al aprender; algunos ejemplos de ello son: lectura deficiente ya sea porque silabea al hacerlo, porque no comprende la información, porque tarda demasiado. Al escribir no se entiende lo que dice, se le dificulta copiar apuntes o la tarea de manera completa y correcta, su dictado presenta muchos errores. Le cuesta trabajo efectuar operaciones, completar series numéricas, resolver problemas matemáticos, etc.

Lamentablemente, estas dificultades son detectadas hasta que ya están ocasionando serios problemas al niño, no solo desde el punto de vista académico, sino emocional, porque conforme crecen, se dan más cuenta de lo que sucede, saben que no están logrando desempeñarse con éxito y los compañeros también se dan cuenta de eso.

Sin embargo, es importante saber que esos problemas, la mayoría de las veces son detectables y corregibles desde el jardín de niños; y por eso la pregunta: ¿Por qué esperar?

A veces como papás no tenemos referentes para saber si nuestro hijo es inmaduro, si hace lo que se espera a su edad, si se desempeña como el resto de sus compañeros. Es cierto que cada niño es diferente y su desarrollo se va a dar en función del estímulo que reciba, sin embargo en la escuela debe adaptarse y adquirir las herramientas necesarias con base en programas establecidos y llevados a cabo para un grupo, difícilmente se elaboran programas personalizados.

Por ello mi recomendación: no espere hasta que los problemas se arraiguen y sea más difícil corregirlos; lo mejor es la prevención. Desde la etapa preescolar se puede trabajar el lenguaje, la motricidad y las emociones que son la base para la adquisición de conocimientos y habilidades. Estar en comunicación con el profesor, con el psicólogo del colegio o algún terapeuta educativo podrá evitar que la falta de madurez, por ejemplo, en los movimientos gruesos al correr, saltar, caminar se convierta más adelante en una mala caligrafía. Hacer una valoración a temprana edad podrá evitar que las dificultades se hagan mayores, se atiendan a tiempo y con ello que el niño se sienta seguro al ver logros y éxito en su desempeño, que el aprendizaje le sea fácil y como consecuencia el colegio se vuelva un lugar feliz