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Cuando una maestra o un padre detecta que las habilidades del niño no son iguales a las del resto del grupo, es momento de actuar.

  • Lenguaje: se espera que a los 18 meses diga palabras comprensibles, que a los 24 arme frases de dos a tres palabras y a los 36 se exprese de manera fluida e inteligible. Si en este tiempo solo dice palabras aisladas, se expresa con sonidos que solo la gente cercana entiende o señalando las cosas, es tiempo de buscar asesoría.
  • Motricidad: la ejercitación de posturas, equilibrio, tono muscular, control y precisión de movimientos, lo preparan para la adquisición de la escritura. Primero con movimientos gruesos en donde interviene todo el cuerpo como correr, trepar, saltar, bailar; luego con movimientos más finos de hombro, codo, muñeca y dedos para tomar correctamente el lápiz y realizar trazos.
  • Matemáticas: incluye habilidades de conteo, señalar números, nombrarlos, relacionarlos con la cantidad adecuada y escribirlos. Más adelante el manejo de unidades, decenas y centenas y conceptos como los colores, las figuras geométricas, medidas, adición, sustracción, multiplicación, división y solución de problemas. A veces se les dificulta cuando su pensamiento es demasiado concreto, pero hay actividades para apoyarlos.