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Mediante una valoración es posible determinar si existe el trastorno para apoyar tanto al niño como a los padres para su tratamiento.

Sin embargo, muchas veces los síntomas de este trastorno se confunden con falta de límites claros y firmes en casa. Algunos padres piensan que al hacer esto privan de libertad y expresión a los niños, y permiten que crezcan sin normas y estructura, fomentando que sean impulsivos, berrinchudos, demandantes y poco controlados.

Algunas conductas pueden ser observables en casa como:

  • Les cuesta trabajo terminar lo que empiezan
  • Parecen no escuchar
  • Se distraen con facilidad
  • Se les dificulta seguir las normas de los juegos
  • Suelen actuar sin pensar
  • Cambian muy pronto de una actividad a otra
  • Tienen dificultad para esperar turnos
  • Necesitan demasiada supervisión para trabajar
  • Corren y trepan por todos lados en exceso
  • Se les dificulta estar quietos
  • No pueden permanecer sentados

Esto puede estresar a los padres y maestros, pero es posible ayudarlos.